Las nubes grises y espesas llegan rápidamente empujadas por el viento del Oeste más húmedo de abril. Se suceden unas con otras, apretadas, sin dejar pasar un resquicio de sol, vaciándose a su paso en lluvia fina, que cae lentamente o arremolinada por el viento, formando una cortina de agua casi permanente de la que no se puede escapar. En Bilbao la llamamos sirimiri, aunque también es conocida como 'calabobos'.
| Panorámica desde Connemara |
Desde tiempos remotos, la tierra de esos parajes ha servido a sus lugareños para extraer el combustible necesario para la vida diaria. Es posible apreciar los cortes rectangulares aplicados a la corteza, de donde sacaban la turba y la amontonaban para su secado y posterior uso. Práctica que es aún habitual fuera de los límites del parque.
La zona se convirtió en Parque Nacional de casualidad, debido a la poca fertilidad de su tierra y a que eran propiedad de terratenientes ingleses. Se encuentra en la costa oeste de Irlanda, al noroeste de Galway, adonde se puede llegar en unas 4 horas desde Dublín en autobús o tren. De la ciudad al parque hay más o menos una hora por carretera. Para aquellos que no quieran alquilar coche (en transporte público fuera de temporada alta es difícil llegar) o que prefieran una visita guiada, lo mejor es ir con alguna excursión organizada de las que salen a diario de Galway.
La mayoría de las visitas son desde el mismo autobús, con paradas puntuales para ver panorámicas y sacar fotos. Sin ánimo de hacer publicidad, sino de ofrecer una propuesta diferente, yo fui con Hidden Connemara, que también se realiza en el día, pero se visitan a pie algunas zonas del interior del parque y a una isla cercana. Conviene reservar con antelación, ya que los grupos son de 14 personas y están muy solicitados.

