miércoles, 27 de junio de 2012

Parque Nacional de Connemara, el amarillo entre el verde

Si te preguntara de qué color es Irlanda, ¿qué responderías? 10 a 1 a que 'verde'. Y en tu cabeza flotarían imágenes de praderas y bosques húmedos, envueltos entre la neblina y salpicados de ovejas. En algún momento aparecería también un duendecillo con un trébol y la foto que colgó ese amigo o amiga cuando fue a estudiar inglés, sonriendo alegremente con un sombrero grande en la cabeza, también de color verde. E incluso el escudo de los Boston Celtics, aunque sean de América. Pero existe un lugar que sorprende en unas épocas del año por dar la nota de color en esta isla monocromo: el Parque Nacional Connemara.

Las nubes grises y espesas llegan rápidamente empujadas por el viento del Oeste más húmedo de abril. Se suceden unas con otras, apretadas, sin dejar pasar un resquicio de sol, vaciándose a su paso en lluvia fina, que cae lentamente o arremolinada por el viento, formando una cortina de agua casi permanente de la que no se puede escapar. En Bilbao la llamamos sirimiri, aunque también es conocida como 'calabobos'.

Panorámica desde Connemara
Llama entonces la atención el aterrizar en un paisaje de hierbas aparentemente secas, atundrado, impregnado de colores amarillos y pardos de su suelo turboso, rodeado del omnipresente verde en los valles aledaños. Ante tanta lluvia, no cabría esperar esa diferencia. Desde lo alto de las colinas de Connemara, si las nubes lo permiten, se observa la línea de la costa, con sus bahías e islas.

Desde tiempos remotos, la tierra de esos parajes ha servido a sus lugareños para extraer el combustible necesario para la vida diaria. Es posible apreciar los cortes rectangulares aplicados a la corteza, de donde sacaban la turba y la amontonaban para su secado y posterior uso. Práctica que es aún habitual fuera de los límites del parque.

La zona se convirtió en Parque Nacional de casualidad, debido a la poca fertilidad de su tierra y a que eran propiedad de terratenientes ingleses. Se encuentra en la costa oeste de Irlanda, al noroeste de Galway, adonde se puede llegar en unas 4 horas desde Dublín en autobús o tren. De la ciudad al parque hay más o menos una hora por carretera. Para aquellos que no quieran alquilar coche (en transporte público fuera de temporada alta es difícil llegar) o que prefieran una visita guiada, lo mejor es ir con alguna excursión organizada de las que salen a diario de Galway.

La mayoría de las visitas son desde el mismo autobús, con paradas puntuales para ver panorámicas y sacar fotos. Sin ánimo de hacer publicidad, sino de ofrecer una propuesta diferente, yo fui con Hidden Connemara, que también se realiza en el día, pero se visitan a pie algunas zonas del interior del parque y a una isla cercana. Conviene reservar con antelación, ya que los grupos son de 14 personas y están muy solicitados.


viernes, 22 de junio de 2012

El Titanic en Irlanda

En Belfast, Irlanda del Norte, se encuentra el vínculo más cercano al Titanic. En esta ciudad está el astillero donde Bruce Ismay, William Price y Thomas Andrews hicieron realidad sus sueños de construir el barco más grande del mundo. Todavía se puede contemplar el lugar donde recibió los últimos ajustes antes de se botado. Con motivo del centenario de su hundimiento, se ha inaugurado un museo interactivo en la ciudad.

El Titanic en Belfast
El trasatlántico reposó en el dique seco de Belfast mientras los operarios finalizaban los trabajos del crucero más lujoso jamás construido. La ingeniería naval mundial rebosaba de orgullo en aquel lugar en aquel momento. Y si el barco fue el más grande hasta entonces, el dique seco no podía ser menos.

En Belfast se conserva casi en su estado original. Desde el dique seco Thompson hasta la estación de bombeo con la ingeniería original aún en funcionamiento, todo está en exactamente igual que cuando el Titanic estuvo allí, hace exactamente un siglo.

El puerto irlandés de Cobh (entonces conocido como Queenstown) fue el último en el que fondeó el Titanic, ciento veintitrés personas embarcaron allí el 11 de abril de 1912. Un joven sacerdote, el Padre Frank Browne, que llegó a bordo desde Southampton relató después cómo al llegar a Cobh, su obispo le dijo que tenía que abandonar el barco. Justo tres días más tarde, el barco se hundió en medio del Atlántico.

miércoles, 20 de junio de 2012

El castillo de Dublín


El castillo actual se erige en el barrio de Dublín 2 sobre los restos de una fortaleza vikinga que se construyó alrededor del año 930 d.C. Sin embargo, la construcción del castillo perduró hasta 1230. Durante siete siglos fue el centro del poder británico en Dublín, hasta que Irlanda alcanzó su independencia en 1922.

Torre Normanda y Capilla Real
Actualmente, la mayor parte de la arquitectura proviene del siglo XVIII, cuando fue reconstruído tras un incendio que acabó tres de sus cuatro torres. Este episodio se recuerda en el escudo de la ciudad de Dublín, en el que aparecen tres torres en llamas.

El uso que recibe hoy en día es institucional. En él se celebran elecciones, eventos y recepciones oficiales. Sus exteriores están abiertos al público y se puede acceder al interior en visitas organizadas, que permiten conocer los Apartamentos de Estado, antiguas habitaciones de residencia y oficinas de la Corte de los Virreyes británicos, la Capilla Real, de arquitectura gótica y el Undercroft, los sótanos, que enseñan partes del antiguo bastión vikingo.

La visita se completa con el Salón del Trono y la Torre Normanda, la única que se libró del incendio y que data de 1226, en su día albergó las joyas del tesoro irlandesas, pero hoy en día es el museo de la policía (Garda). Por último, se cuenta que el nombre de la ciudad proviene del nombre que recibía una antigua laguna que desde 1680 ocupan los conocidos como jardines Dubblinn, palabra que en gaélico significa laguna negra.

sábado, 16 de junio de 2012

La misteriosa Calzada del Gigante

Calzada del Gigante
En inglés conocida como Giant's Causeway, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1986, es una fascinante formación de columnas de basalto apelotonadas, originadas 50 o 60 millones de años atrás, que parte de los acantilados en la meseta de Antrim, en Irlanda del Norte, hasta el mar. La leyenda cuenta que fue construído por el gigante Finn MacCool, como puente hacia Escocia, donde vivía otro gigante enemigo llamado Benandonner, ya que hay formaciones similares en la isla de Straffa, en las islas Hébridas.

La costa norte de Antrim se vio renovada por la belleza de la Calzada del Gigante, que empezó a atraer un sinfín de turistas. Los irlandeses la consideran como la '8ª maravilla del mundo'. La característica formación basáltica se creó a partir de una colada de lava basáltica, que se enfrió sobre el lecho de un río seco, donde se resquebrajó y formó las columnas hexagonales.

Una vez en el lugar, es fácil apreciar con un poco de imaginación, cómo se forjó la leyenda. La historia narra que cuando Finn MacCool llegó al otro lado, encontró a su enemigo dormido, le pareció mucho más grande que él así que regresó por donde había venido. Cuando Benandonner se despertó y se enteró de lo sucedido, fue a pedir explicaciones a Finn. Pero su mujer lo había disfrazado de bebé y le dijo a Benandonner que su marido no estaba en casa y que por favor no despertara a su hijo. Cuando vio al bebé pensó que si el pequeño era así de grande, cómo sería de grande su padre. Puso pies en polvorosa y destruyó el puente mientras huía, quedando solo los extremos, en Antrim y en la isla de Staffa en Escocia.

jueves, 14 de junio de 2012

Entre piedras en el Burren

El Burren es un Parque Nacional que se encuentra al sur de Galway, en el Condado de Clare. Su nombre proviene del gaélico, bhoireann, que significa, 'lugar pedregoso' (y realmente lo es). El lugar ha permanecido inalterado desde la Edad de Hielo y está compuesto de caliza kárstica, alcanzando la extensión más grande de Europa de estas características.

Paisaje característico del Burren
El parque, que maravilla a botánicos, arqueólogos y ecologístas, se extiende en aproximandamente 300 metros cuadrados, en un área que parece desolada, fría y gris, formada por el material de erosión de un glaciar. A pesar de ello, su suelo pedregoso no ha impedido que creciera una enorme variedad de plantas extrañas y singulares, dando vida a una colección de especies mediterráneas y alpinas que, sorprendentemente, no toleran el suelo calizo.


Debido a su gran acumulación de rocas, no es de extrañar que en el Burren se hallen las mejores tumbas megalíticas de Irlanda. Allí se pueden encontrar restos de vida humana que datan de hace al menos 6.000 años, siendo la más famosa el dolmen de Poulnabrone. Solamente aquí se han descubierto más de 60 tumbas, la mayor concentración de la isla. Asimismo, se pueden observar varios ejemplos de primitivas fortificaciones de tierra en anillo y castillos de piedra.
Dolmen en Poulnabrone

Como en todo el oeste de Irlanda, para visitarlo lo mejor es alquilar un coche y recorrer sus caminos serpenteantes. No obstante, diariamente salen tours desde Galway, que incluyen la visita a los Acantilados de Moher, al Burren, a la cueva de Aliwee y al castillo de Dunguaire en autobús con guía.

martes, 12 de junio de 2012

Central Library Dublín

Resulta que la Biblioteca Central pública de Dublín se encuentra en pleno centro... comercial. Y es que dicha biblioteca está en el segundo piso, dentro del Centro Comercial ILAC en Henry Street, en Dublin 1. El ayuntamiento está pensando en trasladarla al Ambassador Theatre, un teatro que acoge exposiciones temporales entre Parnell y O'Connell St.

Central Library Dublín
La Central Library ofrece cursillos gratuitos para montar un negocio en el Business Information Centre, lecciones de música en la Music Library y, quizá la opción más interesante para los españoles desplazados en Dublín por motivos de apredizaje de inglés, cursos de idiomas, intercambios lingüísticos y exámenes en el Open Learning Centre. Todo, huelga decirlo, gratis.

El Open Learning Centre pone también a disposición de los usuarios Tell Me More, un programa de ordenador de autoaprendizaje de inglés. Hay que reservar la hora y ellos te asignarán un ordenador. Al final de cada día te sellan un papelito y cuando alcanzas las 50 horas, te conceden un diploma acreditativo.

En sus instalaciones hay red wi-fi y ordenadores gratuitos. No nos olvidemos de que es una biblioteca, así que también se pueden tomar prestados libros y películas.

El horario es de lunes a jueves de 10 a 20 horas y viernes y sábados de 10 a 17 horas. Los domingos permanece cerrada. Los encuentros de conversación se realizan todos los días de 6 a 8 de la tarde. Cada día es un idioma diferente más inglés. El día asignado al español es el martes.

domingo, 10 de junio de 2012

Culto al Temple Bar

Pub Gogarty's en Temple Bar
No cabe duda de que el corazón de Dublín es el barrio de Temple Bar, situado entre Dame Street y el río Liffey, concentra la mayor parte de la vida diurna y nocturna de la capital irlandesa. El barrio debe su nombre a Sir William Temple, quien adquirió unos terrenos cenagosos allá por el año 1600. A partir de 1800 comenzaron a instalarse pequeñas empresas. Pero el barrio entró en declive y los terrenos fueron adquiridos posteriormente para la construcción de una estación de autobuses. Afortunadamente, el proyecto fue abandonado y paulatinamente, artistas y más comerciantes fueron instalándose en él.

En la actualidad, Temple Bar está considerado de visita obligada en Dublín. Aúna diferentes espacios culturales y decenas de bares y pubs típicos irlandeses.

El barrio es conocido sobre todo por su ambiente de pubs, sus estrechas callejuelas se abarrotan de turistas y dublineses los fines de semana, donde disfrutan de pintas de cerveza y de música tradicional y actual. Hay, además, un gran número de restaurantes de alto nivel gastronómico, como demuestra el hecho de estar siempre rebosantes.

Aparte de ser uno de los principales ejes de la vida nocturna de la ciudad, en Temple Bar frecuentemente se organizan mercados como el de comida o de libros de segunda mano. La zona también es sede de varias asociaciones culturales, galerías de arte y tiendas de moda alternativa.

sábado, 9 de junio de 2012

El valle de los dos lagos: Glendalough

Glendalough se encuentra en las montañas Wicklow, una hora por carretera al suroeste de Dublín. Conforman un paisaje verde encajonado entre cumbres nevadas en invierno que encierran dos lagos, cuyas riberas son punto de partida de viejos bosques de robles y abetos.

En el lugar también descansa una pequeña ciudad monástica del s. VIl, ejemplo excelente de lo que suponían este tipo de instituciones religiosas, de gran importancia en la Edad Media. En esa época eran lo más cercano a asentamientos urbanos en Irlanda.

Upper Lake
Glendalough conserva varios edificios de piedra, algunos en un estado ruinoso debido a su gran antigüedad. Así como fuere, las ruinas confieren al paisaje este toque histórico y romántico que obliga a funcionar a la imaginación.

El camino de grava discurre a través del frondoso bosque con subidas y bajadas leves y completa la vuelta alrededor del lago en más o menos unas 3 horas. Desde donde nos deja el autobús desde Dublín (St. Kevins Bus), atravesando el cementerio y la torre antiguos, se coge el camino alrededor del lago. El paisaje es aún más espectacular si se asciende a la cima de alguna de las montañas circundantes.




jueves, 7 de junio de 2012

Fútbol gaélico

El fútbol gaélico (Peil Ghaelach en gaélico) es un deporte típicamente irlandés. Combina destrezas del fútbol, del baloncesto y del rugby, aunque no tiene gran seguimiento fuera de Irlanda.

Dos equipos de 15 jugadores se enfrentan con el objetivo de hacer puntos en la portería contraria. La puntuación dependerá de por dónde pase la pelota, si por los palos superiores, al estilo de la patada de rugby, aunque también se puede con la mano, o marcando gol en la portería de abajo defendida por un portero, al estilo del fútbol que todos conocemos.

La pelota, esférica, se puede coger con las manos, pero no se puede llevar agarrada. Los jugadores la conducen en una combinación de patadas, pases con la mano, toques con el pie y botes.


El equipo de fútbol gaélico habitualmente se distribuye en: un portero, 6 defensas, dos centrocampistas y 6 delanteros.

Forma parte de los denominados 'Juegos Gaélicos', junto al hurling y el camogie y es uno de los pocos deportes amateur que quedan en el mundo, ya que ni los jugadores, ni entrenadores ni representantes son profesionales.

miércoles, 6 de junio de 2012

Los 10 mejores pubs de Cork

Al igual que con Galway, pero esta vez con Cork, aquí dejo una lista con los mejores pubs. Recordad que es subjetiva.

Reardens
Cuenta con una gran pantalla para ver partidos de fútbol, rugby y fútbol gaélico. Aunque se decante más por sportsbar, no pierde su tradicional ambiente de pub.

The Welcome Inn, Parnell Place
Ubicado en Parnell Place, este pub tiene todo lo que ha de tener un pub viejo: es diminuto, de madera, con taburetes y fotos antiguas de la ciudad.
Bodega

Bodega
Emplazado en un antiguo mercado en Coal Quay, es el local más elegante para beber, comer y bailar de la ciudad. El menú es inmejorable, incluye tapas y vino por si tienes morriña. También hay sandwiches y hamburguesas personalizadas.

An Spailpin Fanac
Enfrente de la antigua cervecería Beamish, en South Main Street, es sin duda uno de los mejores sitios para disfrutar de música tradicional irlandesa.

Cyprus Avenue
Frecuentemente ostenta artistas internacionales. A precios baratos, e incluso gratuitos, podrás disfrutar de buena música en directo en Caroline Street. Puerta con puerta del Old Oak.

The Bierhaus
El especialista en cerveza, con más de 70 marcas de cerveza internacionales fijas y especialidades mensuales. En Popes Quay.

Suas
Para cócteles especiales con buenas vistas de la ciudad desde su terraza en un tejado de South Main Street, en un ambiente moderno.

The Savoy Theatre
La discoteca más grande de la ciudad, con aforo para más de 1000 personas. DJ residentes y noches temáticas en Patrick Street.


The Weir Bar
Recientemente renovado, este hotel ultramoderno ostenta un elegante bar con terraza sobre la ribera del río en Western Road. Si eres huésped del hotel, podrás disfrutarlo hasta bien tarde.

The Quad
Un pub en un velero. Luz tenue y música alta en Tuckey Street.

lunes, 4 de junio de 2012

Spanish Point, un pueblo en recuerdo del desastre de la Armada Invencible

Spanish Point es un pueblo situado en la diócesis de Miltown Malbay en el Condado de Clare, en el suroeste de Irlanda, ahora convertido en referencia vacacional y surfera para los irlandeses.

Playa de Spanish Point
Sobre la costa, a unos 2,5 kilómetros de su diócesis, el pueblo fue llamado así tras la desgracia acaecida durante el intento de invasión de Inglaterra de Felipe II, cuyo objetivo era destronar a la reina Isabel I, en el marco de la Guerra anglo-española. Muchos españoles murieron allí cuando varios de los barcos de la Armada Invencible se hundieron en 1588 en medio de fuertes tormentas. Los que sobrevivieron a los naufragios no corrieron mejor suerte, ya que en tierra los esperaban Sir Turlough O'Brien de Liscannor, Botehious Clancy y el High Sheriff of Clare, que siguiendo órdenes inglesas, los ejecutaron.

En la costa oeste irlandesa encallaron y se hundieron muchos de los barcos que componían la flota española. Este pequeño pueblo, en el que hay un hotel de nombre 'Armada', recuerda un episodio de la rivalidad existente en aquellos tiempos entre las monarquías europeas.

sábado, 2 de junio de 2012

Navegando el fiordo Killary

Fiordo Killary
El fiordo más grande que hay en la isla de Irlanda se encuentra en su parte oeste, en el corazón de Connemara, formando frontera natural entre los Condados de Galway y Mayo. Se extiende a lo largo de 16 kilómetros y en el centro tiene una profundidad de más de 45 metros. Los otros fiordos son Lough Swilly y Carlingford Lough.

Su borde norte la conforman las montañas de Mweelrea, las más altas de la zona, con 814 metros de altura. El borde sur discurre a lo largo de las montañas Maum Turk y de los Twelve Bens. El entorno es de extremada belleza, siendo uno de los escenarios más dramáticos e inspiradores de Irlanda.

Durante todo el año, la compañía de ferries Killary Cruises realiza cruceros en catamarán a lo largo del fiordo de una hora y media de duración, con posibilidad de disfrutar de un almuerzo a bordo. Desde esta perspectiva se pueden obtener magníficas fotografías y panorámicas del fiordo y observar de cerca los criaderos de mejillones que aprovechan al máximo la profundidad de su lecho.

jueves, 31 de mayo de 2012

Frailecillos atlánticos de Moher

Entre abril y mayo es posible ver cantidad de frailecillos atlánticos anidando en los acantilados de Moher. Cada año, en esa época, acuden a los huecos de las paredes rocosas del acantilado para tener a su cría anual.

Los frailecillos jóvenes se desplazan a través de grandes distancias una vez que tienen todas sus plumas. No vuelven a las zonas costeras de anidamiento hasta después de unos cuantos años. No se conoce muy bien dónde van durante ese tiempo, pero sí se sabe que se extienden por el océano y pasan los inviernos en el Atlántico abierto. Tras la época de cría, los adultos migran mar adentro, donde raramente son vistos. Sin embargo, la llegada en primavera en grupo a las colonias de cría sugiere que esta migración ocurre en bandadas.



En Irlanda, estas colonias se encuentran mayoritariamente en la costa oeste. Great Saltee, los acantilados de Moher y Horn Head en el Condado de Donegal son los lugares más accesibles para la observación de frailecillos en libertad. El mejor momento del día para verlos es pronto por la mañana y antes de anochecer, cuando se congregan en masa en los acantilados.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Los precipicios de Moher

Los acantilados de Moher (Aillte an Mhothair en gaélico) se encuentran en Liscannor, en el límite suroeste del Burren, cerca de Doolin, en el Condado de Clare.

Acantilados de Moher
Esta espectacular muralla de piedra, se eleva 120 metros sobre el Oceáno Atlántico en la parte conocida como Hag's Head, y alcanza los 214 metros de su máxima altura justo al norte de la Torre de O'Brien, a ocho kilómetros de distancia.


Los acantilados poseen una de las vistas más bellas de Irlanda. En un día claro se pueden ver las Islas de Aran, en medio de la Bahía de Galway, y los valles y colinas de Connemara, en el lado opuesto de la Bahía.

La Torre de O'Brien es una construcción redonda de piedra situada aproximadamente en la parte central de los acantilados. Fue levantada en 1835 por Sir Cornellius O'Brien, descendiente del rey irlandés Brian Boru, como un punto de observación para los turistas que ya acudían en la época. Desde lo alto se pueden observar las montañas Maum Turk y los Twelve Bens del norte de Connemara y Loop Head hacia el sur.

La torre Moher, sobre Hag's Head, es una torre de planta rectangular, actualmente en ruinas. Se cree que son los restos de una atalaya construida para vigilar la costa durante el reinado de Napoleón.

domingo, 27 de mayo de 2012

Los 10 mejores pubs de Galway

Esta lista sale de consulta popular, experiencia personal y mención en algunas webs. Evidentemente es algo subjetivo, ya que esto depende enteramente de los gustos del borracho en cuestión.


Dewdrop   

Tig Coili
Durante los meses de verano, siempre verás gente agolpada en la puerta principal. Como pub tradicional irlandés, lo tiene todo, buen ambiente, buena música y buena marcha.

Tigh Neactain (Naughtons)
Este sitio te sonará de tu guía turística sobre Galway. No hay otro pub que tenga tan diferente e interesante clientela. Gente de negocios, actores, hippies, músicos y turistas, repartidos fuera y dentro del local.
O Connells
Orgulloso tanto de contar con una de las mejores terrazas de Galway, como de ser único. Situación inmejorable para barbacoas veraniegas.

The Quays
Se pronuncia como keys, ya que todos los hispanoparlantes tendemos a pronunciar la q y la u. Localizado en mitad de Quay Street, este pub es perfecto para sentarse a contemplar el populacho. Sirven comida de buena calidad a buen precio. Interesante opción para pasar la tarde.

The Front Door/Sonnys
Se puede acceder desde High Street y desde Cross Street. Es un pub histórico que ha sabido actualizarse y que incorpora cuatro barras entre sus dos plantas.

Monroe's
Domina las casas altas de la parte oeste de la ciudad. Aunque por fuera pueda parecer gigante, por dentro es muy acogedor.
 
Roisin Dubh
La mejor música en directo de Galway. Su nombre en gaélico significa 'Rosa Negra', que era el símbolo de los viejos druídas y una famosa canción en la historia irlandesa.

Murphy's
Es el máximo exponente de lo que se conoce como 'viejos pubs de hombres'. Aquí encontrarás a los lugareños más entrados en años, de tertulia entorno a pintas de Guinness en un ambiente relajado y amigable.

Dew Drop Inn
Marca el final de Mainguard Street y es conocido por muchos otros nombres, pero sobre todo como 'Myles Lee'. Puerta con puerta con 'An Tobar'.

Bierhaus
Sin duda ostenta la mayor selección de cervezas de la ciudad. Además, ofrece sidras y licores especiales. Se encuentra al oeste de la ciudad.

viernes, 25 de mayo de 2012

Las islas de Aran

La leyenda dice que la Bahía de Galway fue una vez un enorme lago conocido en gaélico como Luch Lurgan, cuyas riberas se erosionaron en tiempos remotos, dejando para siempre a las islas de Aran luchando contra las poderosas olas del océano Atlántico.

Mitos o no, la realidad es que estas islas están situadas en medio de la bocana de la Bahía de Galway, aproximadamente a 64 kilómetros de la ciudad de Galway y a menos de 11 del punto más cercano, Co. Clare o Connemara.
Acantilados en Inishmore

Las islas atraen visitantes de todo el mundo. Tal vez sea el espíritu bravo que las inspira, el arraigo de las tradiciones celtas y del idioma gaélico, que en tantas ocasiones sirvió de inspiración a diversos escritores y artistas, lo que hace de ellas un lugar único.

Para llegar a ellas basta con tomar cualquiera de las conexiones a los ferrys desde Galway. Los ferrys salen desde los extremos de la Bahía cada día y varias veces por día a cada una de las islas. La más grande y visitada de las tres, Inishmore, se puede visitar con los tours organizados en furgoneta, que recorrerán los lugares principales, como las viejas iglesias cristianas, las antiguas fortalezas y dólmenes y los espectaculares acantilados. También se puede alquilar una bicicleta y hacerlo por libre, lo que te permitirá detenerte y perderte por los rincones más inhóspitos de la isla.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Vikingos en Dublín

Debido al pasado vikingo que tiene la capital irlandesa, en la iglesia medieval de Sant Michael se encuentra Dublinia, un museo propiedad de la fundación 'Medieval Trust' dedicado a la memoria histórica del paso del pueblo vikingo por Dublín. Enfocado para niños y padres o adultos que simplemente quieran divertirse.

Escena medieval en Dublinia
El museo está dividido en tres plantas, en las cuales se realiza un recorrido interactivo por el Dublín vikingo y medieval, tratando temas como el bélico, el comercio o la peste negra. Hay una parte dedicada a la arqueología y el trabajo en las excavaciones. También cuenta con reproducciones de casas, un mercado y de una calle de la época. En él se pueden realizar actividades como tirar huevos o verduras ficticios, vestirse en ropa medieval, participar en juegos de feria, probar armas medievales y sentir el peso que los caballeros cargaban con su armadura. En cuanto a la vida vikinga, podrás experimentar espacio de uno de sus barcos, escribir en runas o escuchar historias en boca de un anciano alrededor del fuego.

Dublinia abre todos los días de la semana. Entre octubre y febrero el horario es de 10 a 16.30, de marzo a septiembre de 10 a 17 y en julio y agosto de 9.30 a 17. El precio para adultos es de 7,5 € y 5 € para los niños. También hay precios especiales para familias, estudiantes y jubilados y para los que tengan la tarjeta Dublin Pass la entrada será gratuita.

lunes, 2 de abril de 2012

Experimentando Japón

El domingo pasado se celebró en Farmleigh, al final del Phoenix Park, un evento de promoción de la cultura japonesa, Experience Japan. Una compañera de clase en Englishour iba a participar y nos invitó a todos a ir.

Aprovechamos para volver al parque. Desde la última vez, el paisaje había cambiado, muchos árboles estaban en flor, otros tantos ya mostraban sus hojas nuevas y a los que la primavera los cogió desprevenidos presentaban aún verdes incipientes.

Jardines de Phoenix Park

Experience Japan
Había que recorrer todo el parque para llegar al recinto donde se estaba celebrando el evento. Uno de los lugares más bonitos de Phoenix Park, fue en su tiempo residencia de la familia Guinness. En 1999 el Gobierno irlandés la adquirió y la restauró para convertirla en la Office of Public Works. Ahora también sirve para dar cabida a eventos públicos y como hospedaje para huéspedes e invitados del país. Aparte de los extensos jardines y unos vallados con caballos, vacas y burros, tiene un pequeño lago salpicado de nenúfares marrones y rodeado por cedros antiguos. Perturbado tan solo por unos cuantos patos de ciudad y por las ramas de los sauces, con sus cascadas de hojas inclinadas hacia el plano del agua. Quizá sea una de las zonas más tranquilas del parque, ya que está lejos de las carreteras internas.

Estanque de Farmleigh


Las actividades fueron principalmente demostraciones de la cultura japonesa. Coros de niños cantando canciones tradicionales, coreografías de pop japonés, demostraciones de Aikido, de tambores Taiko, etc. También había chicas vestidas al estilo harajuku que no paraban de hacerse fotos y gente disfrazada de personajes manga. Se podian comer algunos platos típicos, como sopas, noodles o sushi.

Mural de dibujo

Preparando 'noodles'

Chicas 'harajuku'
El acto lo presidieron los embajadores de Japón en Irlanda y el alcalde de Dublín, con su medalla dorada para las ocasiones de guardar. Intercalaron algunos discursos entre las distintas actividades. Cuando ya nos estábamos yendo, oímos por megafonía el nombre de Akiko, nuestra compañera, que justo salía al escenario de modelo en la muestra de quimonos tradicionales, con el quimono que había heredado de su madre y que la acompañó en su viaje a Irlanda.

Akiko con su kimono

lunes, 26 de marzo de 2012

La cara sur de la península de Howth

Sorprendente domingo veraniego en Irlanda. Mañana soleada y cálida en Dublín, de brisa primaveral y camiseta de manga corta. El plan era ir a Glendalough, David, Stefania y yo, pero perdimos el único autobús directo e improvisamos la ruta de Howth, esta vez bajando por el lado de la bahía de Dublín, el lado sur.

Bruma en la bahía de Dublín
Como ya éramos veteranos de Howth, llegamos hasta la cima de la colina directamente, rápido y sin demoras. Allí hay un pub-restaurante con una amplia terraza que invitaba a hacer un alto en el camino —aunque sin empezar el camino—, comer y tomar una cerveza.

fish'n'chips

Cabo Little Baily
Bajamos por la parte de la derecha, por el camino entre el bosque de cardos amarillos, que se doraban a un sol inusual para últimos de marzo en Irlanda. Al fondo, sobre la punta Little Baily se avistaba el faro que lleva su nombre y en la bahía de Dublín sobresalían entre la calima las chimeneas de la refinería de petróleo del espigón sur del puerto.

Al llegar abajo, nuestro camino se unía al que recorre la península bordeando sus acantilados. Al igual que nosotros, mucha gente había salido a aprovechar el día y a veces se formaban pequeños atascos. En un apartado del camino había una explanada en la que nos echamos una siestilla tranquila al sol, algo muy cotizado en estas tierras ventosas y lluviosas, de cielos grises.

Velero empopando hacia Howth

Faro de Baily
En el mar se distinguía una foca nadando entre las rocas cerca de la boya fosforita de un buceador. El farero segaba la hierba sentado en su tractor, ajeno al mundo más allá de la verja en la que advertía no traspasar. Un velero apareció tras la silueta del faro, navegando a un largo hacia el puerto de Howth, con el balón bien hinchado y la mayor casi al través, empujado velozmente por el viento del Sur, cálido, de España. Glendalough puede esperar.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Punto de encuentro

Supongo que muchos de los turistas que lleguen a Dublín por primera vez y recorran con la mirada The Spire desde su base hasta su punta, se preguntarán qué es esa especie de aguja gigante o qué hace una antena tan grande en mitad de una ciudad.

'The Spire' desde mi casa
Donde O'Connell Street se cruza con la famosa peatonal Henry Street, se erige el monumento más alto del mundo, oficialmente Monument of Life, más conocido como The Spire (of Dublin). El brillo de su acero inoxidable de 121,2 metros de altura llena desde 2003 el espacio dejado tras la explosión de una bomba del IRA en 1966 con el objetivo de destruir la Columna de Nelson, monumento en honor al almirante inglés Horatio Nelson, muerto por los franceses en la batalla de Trafalgar.

Desde el principio se convirtió en uno de los monumentos más característicos de la capital irlandesa. En su base de 3 metros de diámetro se reúnen diariamente cientos de personas, para contemplarlo o para esperar a alguien, haciendo de él también el punto de encuentro más alto del mundo y el más popular de Dublín.

O'Connell Street

lunes, 19 de marzo de 2012

Más allá de Dún Laoghaire

La mañana de domingo amaneció calma y radiante después de la tempestad nocturna de St. Patrick`s Day. Habíamos planeado volver a Howth, para que lo conociera Jaime, o tal vez algo alternativo, improvisado. Como la mayoría de los planes nacidos un sábado por la noche entre cervezas y copas acaban siendo más un castillo en el aire que una realidad, cuando me tiré en la cama, derrotado, me consolé pensando que las próximas 10 horas las pasaría durmiendo, uno de los grandes placeres en este mundo mundano.

En mitad de un sueño vago, el teléfono sonó. Contesté, y Gabriel me comentó que en 20 minutos habían quedado para hacer «una caminata por el sur de Dublín». En 25 minutos me reuní con ellos, compramos agua y algo para desayunar y fuimos a la estación de Tara St. a coger el dart, destino Bray.

Playa de Bray y colinas Bray Head
Greystones al fondo, desde Bray Head
Bray es una ciudad costera de cerca 28.000 habitantes. Fue un pequeño pueblo de pescadores hasta que la burguesía urbana de Dublín empezó a establecerse fuera de la ciudad, durante el siglo xviii. Más tarde vivió otro momento de auge, convirtiéndose en un socorrido centro vacacional para británicos e irlandeses durante la penuria que dejó la resaca de la ii Guerra Mundial. Aunque actualmente ha perdido fuerza, con su playa de 1,6 km sigue siendo un lugar de ocio y fin de semana para los dublineses.

Nuestro paseo sería hasta Greystones, 8 km más al sur, donde tomaríamos el tren de vuelta a la capital. Caminamos por la playa para subir las colinas Bray Head, mirador natural a no más de 241 msnm. El sendero, tan serpenteante como la conversación que manteníamos un valenciano, un madrileño, un canario y un bilbaíno, nos fue conduciendo sin darnos cuenta al otro lado. Intercambiamos banalidades, puntos de vista, experiencias y también hicimos lo que hace todo hijo de vecino cuando vive fuera de su vecindario: hablar de su vecindario. Supongo que es tan fácil arreglar las sociedades y los países de cháchara despreocupada, como jugar a fútbol desde la tribuna del estadio.

Camino a Greystones. Foto: Jaime Mas
Una vez abajo, el camino llaneaba bien delimitado por los cercados de los prados de hierba alta y espesa despeinada por la brisa, formando olas color verde plateado. Desafiamos entonces el clima irlandés al quitarnos la chamarra un 18 de marzo que renegaba del invierno moribundo. El Sol fue protagonista todo el día, animando a la gente a llenar las terrazas de los establecimientos en Greystones y poniendo en guardia la melanina desentrenada de más de uno —entre los que me incluyo—, que acabó con la cara roja.

The Happy Pear, Greystones
Había una terraza especialmente llena, donde la mayoría disfrutaba ya de un capuccino y un pedazo de tarta con muy buena pinta, pero donde todavía servían comida a los rezagados. El sitio se llamaba The Happy Pear  y aparte de ser una tienda de alimentos orgánicos era un restaurante inusual, al parecer de buena fama. Tuvimos que luchar por una mesa de dos para cuatro y terminamos la comida —y la tarta de zanahoria— 100% orgánica justo antes de que el sol se ocultara tras los edificios y el frío volviera a dar guerra.

De vuelta me despedí de Jaime, que volvia al día siguiente a Varsovia, y me apeé en Dún Laoghaire, donde Stefania y algunos compañeros de Englishour estaban de barbacoa en la casa de otra compañera, que nos enseñó el juego de cartas irlandés Shithead, al que perdí y del que hablaré en otra ocasión.

Restaurante en Dún Laoghaire

domingo, 18 de marzo de 2012

Color verde 'shamrock'

A medida que se acercaba St. Patrick's Day, Dublín se iba coloreando de verde. Tiendas, calles y pubs se engalanaban para tan esperado estallido de amor patrio. Los negocios de souvenirs hacían acopio de sombreros verdes y los pubs se aprovisionaban de barriles de cerveza; iba a hacer falta.

Verde

Shamrocks
Cuentan que St. Patrick era escocés, hijo de un oficial romano. Con 16 años fue raptado por piratas irlandeses, quienes lo hicieron esclavo. Consiguió huir, pero volvió a la tierra de sus captores para predicar el cristianismo. Para explicar la Santísima Trinidad a los caciques locales, se hizo valer de un shamrock. Además, se le atribuye la expulsión de las serpientes, ante la ausencia de estos reptiles en la isla.

¡Viva St. Patrick!


Por la mañana fuimos a ver el desfile, que duró unas dos horas. A todos nos resultó un poco soso, carnavalesco, pero sin gancho. Nos imaginábamos algo más tradicional, más irlandés y más impactante. Salieron muchas bandas de música de colegios y universidades, enormes, de entre 50 y 100 personas, pero casi ni sonaban. Poco ruido, vamos. Además, el tiempo entre un grupo y otro se hacía largo. Algo así como una Cabalgata de Reyes muy descafeinada.


Después de comer me junté con dos excompañeros de Informática del ICEX, Gabriel y con Jaime, que estaba de visita. Gabriel estuvo destinado en París y ahora trabaja en Dublín, y Jaime estuvo en Atenas y ahora trabaja en Varsovia. Fuimos a un pub-discoteca en Temple Bar. En la 'zona pub' la gente estaba más o menos calmada viendo el partido del Seis Naciones, en la última planta, a eso de las 6 de la tarde la gente estaba ya desmadrada.

Las calles estaban repletas y los pubs impracticables. Pero realmente no se podía hacer otra cosa que ver a la gente pasar, pues está terminantemente prohibido beber en la calle, ni en vaso de plástico sacado de un bar. Había policías desperdigados por todo el centro que requisaban y tiraban todas las bebidas que veían. Y para mí que vengo de donde vengo, una fiesta popular así, no tiene sentido. ¡Es mejor salir cualquier otro día por Dublín que el de St. Patrick!

martes, 13 de marzo de 2012

Dublin Docklands

El paseo a lo largo del río Liffey hacia su desembocadura está a tiro de piedra de mi casa, así que es perfecto para dar una vuelta y aprovechar el calor tenue del sol irlandés, cuando las nubes dan tregua, o para sentir en la frente el efecto anestesiante del viento siempre frío, siempre húmedo y siempre veloz del Oeste. Desde Custom House Quay hacia el inicio del puerto, donde queda The O2, serán unos 20 minutos de caminata por los conocidos como Dublin Docklands, parte de los antiguos muelles ahora reconvertidos en zona financiera y de ocio. Un moderno paseo y planes urbanísticos en ejecución y en planificación son el principio del 'Dublín de diseño'.

Río Liffey desde el puente Sean O'Casey
En los Docklands se encuentran los edificios del IFSC (International Financial Services Center) que, por cierto, fueron los primeros en Irlanda en tener aire acondicionado, un país de difícil mercado para estos aparatos. Actualmente en ellos trabajan casi 33.000 personas en cerca de 500 firmas, entre las cuales se encuentran muchas de las más importantes del mundo. Por ello no es de extrañar que en esta parte de la ciudad proliferen los locales fuera de la estética tradicional del pub irlandés y más en la línea de las tendencias minimalistas modernas globales, algo parecido a la invasión del plato cuadrado en España.

Diseño e historia en Dublin Docklands

Fachada del 'chq building'
En el chq building, un centro comercial sobre lo que desde 1821 fue almacén principalmente de tabaco, es un ejemplo claro de que los Docklands aún están por reestructurarse. Hay un Starbucks, de serie, con sus parroquianos de MacBook y taza de cerámica, y algunas tiendas de ropa elegante. Pero la mayoría de los locales comerciales está por alquilar. De hecho, si alguien ha soñado alguna vez con pasar la noche en un centro comercial, seguro que aquí puede emularlo, porque a eso de las 4 o 5 de la tarde, es como si estuviera cerrado.

Estilo urbano en el paseo del Liffey
Aunque hay viviendas por la zona, muchas no están habitadas, el barrio está en construcción. Lejos está siquiera pensar en equipararse a Grafton St. o Temple Bar. Hay solares entre bloques de casas apenas terminadas y estructuras antiguas abandonadas, deteriorándose con el tiempo, pero manteniendo su idiosincrasia. Parece como si el Dublín más marinero, salino y oxidado quisiera seguir amarrado a orillas del Liffey.

Viejo pub en los viejos muelles